Los profesores universitarios «se rinden» a la IA. Si ha llegado para quedarse, hay que enseñar a los alumnos a usarla correctamente
El uso de IA en el ámbito educativo ha crecido notablemente tanto en estudiantes como profesores en los últimos meses

Hasta hace un par de años, el mejor amigo de los estudiantes era la Wikipedia y su conocimiento casi infinito. Sin embargo, a finales de 2022 llegó ChatGPT, y muchos cambiaron la amistad de la enciclopedia libre de Internet por la del bot conversacional potenciado con inteligencia artificial desarrollado por OpenAI.
El chatbot de Sam Altman es una navaja suiza digital. Puede ayudar a los usuarios con muchas cosas, como explicar temas complejos de diversas materias hasta resumir textos, pasando por crear esquemas de estudio y guías de repaso. Además, es un as a la hora de redactar textos o mejorarlos, siendo uno de los motivos que llevaron a las escuelas de Nueva York a prohibirlo.
Aunque tiene sus detractores, sobre todo por el miedo palpable a que acabe arrebatando el trabajo a millones de personas (empresas como Duolingo y Klarna ya tienen estrategias donde priorizan la IA), más vale hacerse a la idea de que esta tecnología ha llegado para quedarse. Y por eso los profesores universitarios creen que resulta necesario enseñar a los alumnos cómo utilizarla correctamente.
Estudiantes y profesores utilizan la IA para mejorar su aprendizaje y crear materiales educativos, respectivamente
Las universidades han sido cautelosas a la hora de abrazar las herramientas basadas en inteligencia artificial por miedo a sus consecuencias para la integridad académica. Una encuesta realizada a más de 400 administradores, investigadores, tecnólogos y otros profesionales de la educación superior canadienses asegura que el 83% de los encuestados afirmó que la IA se utilizará para hacer trampa.
Sin embargo, hay muchos estudiantes que la usan para mejorar su aprendizaje en lugar de eludirlo. Un ejemplo lo encontramos en Ashnaa Narumathan, estudiante de cuarto año de kinesiología (disciplina médica que estudia el movimiento del cuerpo para determinar posibles trastornos mediante la manipulación de los músculos, su movimiento y respuesta) en la Universidad de Guelph-Humber, que emplea la IA para estudiar y organizar su vida.
Narumathan se apoyó en Copilot de Microsoft (una alternativa a ChatGPT) para resumir artículos académicos y aclarar ciertos conceptos. Otra herramienta basada en esta tecnología le ha permitido convertir los materiales del curso en podcasts narrados por voces de IA. Además, le ha pedido a la inteligencia artificial que le cree un plan de estudio por horas que distribuya su tiempo entre varias clases, así como uno de nutrición y entrenamiento que se adapte a su horario.
A veces, como usan toda esta terminología completa, tomo el resumen o la sección de métodos y pregunto: '¿Puedes simplificar esto como si se lo estuvieras explicando a un estudiante de secundaria?'. Y me ahorra muchísimo tiempo
Esta estudiante no ha sido la única que ha descubierto en la IA un gran ayudante. Entre 2023 y 2024, la proporción de educadores que la usan en actividades de aprendizaje, incluso a la hora de solicitar a los estudiantes que la consulten para las tareas, aumentó del 12% al 41%. Asimismo, el uso de la IA generativa por parte de los instructores para apoyar su enseñanza, como creando materiales, aumentó del 19% al 49%.