Los deepfakes son cada vez más reales y difíciles de distinguir. Ahora tienen hasta latido del corazón
Los _deepfakes_ han mejorado muchísimo por «culpa» de la inteligencia artificial

Las nuevas tecnologías han provocado que no nos podamos fiar de nada que veamos en la televisión, Internet y otros medios de comunicación, ya que los deepfakes son cada vez más reales y difíciles de distinguir. Los deepfakes son imágenes, audios o vídeos falsificados mediante inteligencia artificial que logran imitar rostros, voces o expresiones de personas reales de forma muy convincente.
Emplean una gran cantidad de datos, como fotografías, vídeos y grabaciones de audio, para que el contenido sintético parezca auténtico. Es probable que te hayas encontrado con alguno que otro en los últimos años. Uno de los casos recientes más sonados involucró a varias celebridades de Hollywood, como Scarlett Johansson, protagonizando un vídeo condenando los actos de Kanye West. El vídeo, obviamente, estaba hecho con deepfakes.
Si bien existen herramientas que intentan desenmascararlos, los deepfakes no paran de mejorarse para perfeccionarse y sofisticarse. De hecho, ahora son más difíciles de detectar que nunca, ya que han conseguido «implantarles» latidos, sembrando las dudas en los detectores utilizados hasta el momento.
Surgirán nuevas estrategias para saber si un vídeo es un deepfake
Un nuevo estudio publicado en la revista Frontiers in Imaging ha realizado un descubrimiento que podría hacer que algunos de los detectores de deepfakes más avanzados (aquellos que realizan sus análisis por patrones consistentes de flujos de sangre en la cara de una persona) se vuelvan totalmente inútiles. En otras palabras: estamos cerca de no poder averiguar si un deepfake es real o no.
En el estudio, los investigadores emplearon un detector de deepfakes de última generación basado en tecnología de imágenes médicas. La fotopletismografía remota (rPPP) estima el pulso al detectar pequeños cambios en la forma en que la luz viaja a través de la piel; es el mismo principio tras los oxímetros de pulso utilizados en los hospitales.
Hasta ahora, se creía que los deepfakes no podían replicar estas señales sutiles con la suficiente precisión como para engañar a dicho tipo de detector, pero ahora se sabe que sí. "Supongo que es el destino de todos los detectores de deepfakes: los deepfakes mejoran cada vez más hasta que un detector que funcionaba bien hace dos años empieza a fallar por completo hoy", declaró a BBC Science Focus el profesor Peter Eisert.
Me temo que la carrera de los deepfakes llegará a su fin en un futuro próximo. Personalmente, creo que se volverán tan populares que serán difíciles de detectar, a menos que nos centremos más en la tecnología que demuestra que algo no ha sido alterado, en lugar de detectar si algo es falso
Cuando el equipo probó el detector con los últimos deepfakes de vídeo, con frecuencia detectó un latido extremadamente realista, a pesar de que no se había agregado ninguno. Aunque la situación pinte mal, los investigadores creen que aparecerán nuevas estrategias de detección. Los detectores del futuro, en lugar de medir simplemente el pulso global, podrían rastrear el flujo sanguíneo detallado a través del rostro.